¿Qué es ser inteligente? Howard Gardner ya revolucionó hace años nuestra idea de los niños «listos» con el concepto de que no existe una única inteligencia, sino múltiples, que es como si se tratara de cerebros autónomos que trabajan juntos para resolver los retos de la vida.
Ahora se trata no de medir un índice de inteligencia, sino de descubrir cómo es la inteligencia de nuestros hijos y trabajar sobre ella. ¿Os suena eso de que a cada niño se le educa de forma diferente? No hay dos personas iguales, luego no debe haber dos itinerarios educativos iguales si queremos sacar el máximo potencial de cada uno.
Desde NaturEnglish a la hora de plantearnos los distintos programas e itinerarios formativos de los NatureCamp, además de tener muy en cuenta las necesidades del colegio, la edad de los niños o el nivel educativo de los mismos, trabajamos para que todas estas inteligencias tengan su espacio y que todos los niños de un mismo grupo puedan tener su «momento de gloria». Aunque para trabajar estas inteligencias múltiples se debe hacer un desarrollo a largo plazo, los niños son auténticas esponjas para las que cada experiencia puede significar un descubrimiento nuevo.
A continuación pasamos a describir estas inteligencias y algunos ejemplos y consejos que pueden practicarse desde casa para fomentarlas:
Inteligencia espacial: es la capacidad de procesar o generar imágenes e información visual y utilizarlas de forma adecuada. Podemos ejercitarlas inventando dibujos y señales para comunicar cosas cotidianas recortando letras para hacer un mensaje o poniendo símbolos para recordar que hay que lavarse los dientes.
Inteligencia musical: es la capacidad para comprender y disfrutar de los sonidos que produce la música y expresarse en el lenguaje musical. Para fomentar esta inteligencia podemos fabricar nuestro propio instrumento con elementos cotidianos o componer canciones con palabras aleatorias extraídas de un libro.
Inteligencia matemática: es la habilidad para resolver problemas de razonamiento y lógica. Se pueden ejercitar haciendo cálculos cotidiano mientras hacemos actividades en familia, calculando la probabilidad de que el pizzero sea rubio, haciendo comparativas de precio de distintos menús en un restaurante…
Inteligencia emocional: hace referencia a la manera en la que nos conocemos a nosotros mismos y a los demás, incluyendo la habilidad de relacionarnos con nuestro entorno. Seguro que lo habéis oído también en el entorno laboral ¡imprescindible para adecuarnos y crecer! Para los niños es importante ejercitarla dejando que expresen sus emociones, que escriban en un papel toda las que reconozcan en si mismos y recuerden situaciones que les provocan estas emociones, qué es lo bueno y lo malo de sentirlo e ideas para controlar esa emoción.
Inteligencia lingüística: es el talento para resolver problemas con palabras, hablar, intercambiar ideas o debatir. Un juego muy sencillo suele ser el del vendedor: pedirle a tu hijo que trate de venderte las bondades que cualquier objeto o servicio que necesites para la casa, tú irás debatiendo porqué hay productor mejores o por qué no es un producto tan bueno y él tendrá que fomentar su creatividad para conseguir su propósito.
La teoría dice que si un niño es bueno en dibujo y malo en matemáticas, en vez de apuntarlo a clases particulares de matemáticas debería ir a clases de dibujo y ser la mejor versión de sí mismo en este arte. ¿Que opináis?
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