Dicen que el aprendizaje y el pensamiento son actividades principalmente sociales. Las investigaciones científicas de las últimas décadas se alejan del «poner codos en casa» frente al «estudiar con amigos», basándose en la premisa de que nuestras mentes trabajan mejor en contacto con otras mentes y que hay ciertas relaciones que evocan nuestra inteligencia y funcionan particularmente bien en conjunto.